LA SEPSIS

¿QUÉ ES?

La sepsis es una reacción del organismo ante una infección provocada por microorganismos patógenos como bacterias, virus e incluso hongos, que conocemos popularmente como gérmenes.

Cuando nuestras defensas no son capaces de eliminar la infección, incluso con la ayuda de fármacos antimicrobianos como por ejemplo los antibióticos, se diseminan por el torrente circulatorio los gérmenes, sus toxinas y algunos sustancias que produce nuestro cuerpo, provocando en el organismo una reacción inflamatoria generalizada.

Esta reacción altera la coagulación de la sangre y el flujo sanguíneo, lo que afecta especialmente a algunos órganos vitales como el cerebro, los pulmones, el hígado, los riñones, etc, que resultan dañados, es lo que conocemos por SEPSIS.

Por lo tanto, la SEPSIS no es una enfermedad en sí misma, sino que surge cuando la respuesta del cuerpo a una infección daña sus propios tejidos y órganos.

Si no intervenimos a tiempo y se produce un daño importante en multiples órganos que dejan de funcionar, la vida del paciente corre peligro. A esta fase crítica la denominamos: SHOCK SÉPTICO.

La SEPSIS es la causa evitable número uno.

El Ministerio de Sanidad del Gobierno de España ha puesto a disposición de los ciudadanos información en su página web oficial.

SEPSIS y COVID 19

20/03/2020

El COVID 19 es un virus de la familia de los coronavirus, también conocido como SARS-CoV-2, que se transmite por vía aérea, es decir a través de la tos, los estornudos y la respiración de las personas infectadas, propagándose muy fácilmente a otras personas sanas.

Una de las particularidades que hacen más peligroso y más difícil de controlar a este virus es que puede afectar a las personas sin que aparentemente desarrollen síntomas. Es lo que los expertos denominan transmisibilidad presintomática. Por lo tanto, una persona infectada puede diseminar el virus a muchas personas de su entorno que posteriormente desarrollarán la infección respiratoria con mayor o menor intensidad en función de su respuesta individual. Después de la infección a través de las vías respiratorias, las personas pasan por un período de incubación variable según las características propias y, posteriormente, aparecen los primeros síntomas que nos pueden hacer pensar en un contagio.

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Durante este período, en el que el paciente asintomático no recibe ningún tratamiento, solo cuenta con sus defensas para combatir al virus. Sin embargo, las defensas de las personas, y en especial las de los grupos de riesgo, no son suficientes para neutralizarlo y puede terminar provocando graves neumonías y una respuesta del organismo que desemboque en una sepsis. Es esta respuesta del organismo la que provoca el fallecimiento del paciente en los casos más graves.

Son muchos los microorganismos patógenos los que pueden desencadenar esta grave complicación clínica, entre los que se encuentran bacterias, hongos y por supuesto los virus.

La peligrosidad del COVID 19, como ocurre con otros virus, es que actualmente no existe un fármaco específico para su tratamiento. Sin embargo, contamos dentro del arsenal terapéutico con distintos fármacos que pueden ayudar a mejorar la situación del paciente e incluso curarlo. Cuando se produce una pandemia de estas características, la comunidad científica se pone a trabajar para buscar vacunas y tratamientos específicos. Por eso, hasta que conseguimos desarrollarlos utilizamos los fármacos disponibles más eficaces para ese grupo de enfermedades.

Cuando escribimos esta información, ya sabemos que el virus NO AFECTA EXCLUSIVAMENTE A LOS LLAMADOS GRUPOS DE RIESGO como personas de edad avanzada, personas inmunodeprimidas o pacientes con otras patologías previas como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la leucemia, etc. que son las personas que corren un mayor riesgo frente al virus. El virus también supone un riesgo para personas jóvenes, con buen estado de salud y forma física que pueden sufrir las consecuencias de esta infección y llegar a perder su vida. Por eso, es muy importante seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, ya que medidas como el confinamiento en casa, la reducción de los contactos sociales, la limitación de movimientos y la aplicación de todo tipo de medidas que nos ayuden a extremar la higiene son más ahora más que nunca VITALES.

Cuando se produce un caso por COVID 19 en el entorno familiar o en instituciones cerradas, como una residencia de ancianos por ejemplo, es muy importante que todas las personas que hayan estado en contacto con el paciente identificado (con COVID 19 confirmado) se pongan en cuarentena y comuniquen su situación, a través de los canales del territorio donde vivan, a los responsables sanitarios para poder pautar las medidas necesarias de protección para su salud.

Si usted tiene un familiar ingresado o alguien de su entorno próximo con la infección en cuarentena o sintomatología propia de la enfermedad debe confiar en los profesionales sanitarios. Ellos harán todo lo que esté en sus manos para atenderle a usted y a los pacientes y proporcionarles los mejores cuidados posibles, incluso con riesgo para su propia salud.

No existe una “sepsis por coronavirus”, ya que la sepsis puede desencadenarse por cualquier otro patógeno y, por lo tanto, toda la información que facilitamos en este apartado relacionada con la sepsis producida por infecciones en las vías respiratorias (neumonía) es perfectamente válida para los casos de infección por COVID 19.

SÍNTOMAS

Infecciones más habituales que desencadenan la sepsis

Los síntomas de la SEPSIS inicialmente pueden pasar desapercibidos al confundirse con los de una infección normal. Por eso hay que estar muy atentos en personas susceptibles de desarrollar esta complicación (ancianos, diabéticos, personas inmunodeprimidas o con patologías crónicas graves).

Cuando sabemos que padecen una infección porque el médico ya la ha diagnosticado, y están en tratamiento; o simplemente cuando sospechamos que hay un proceso latente que podría llegar a pasar desapercibido en su inicio, SE DEBE CONSULTAR AL MÉDICO RÁPIDAMENTE para evitar poner en riesgo la salud del enfermo.

Debemos prestar especial atención a los siguientes signos o síntomas que nos pueden alertar de una complicación relacionada con la SEPSIS:
  • Aumento del ritmo cardiaco -por encima de 90 pulsaciones-
  • Elevación de la frecuencia de la respiración, o dificultad para respirar
  • Si la temperatura corporal se eleva por encima de 38ºC o desciende por debajo de 36ºC
  • Si desciende la tensión arterial
  • En caso de vómitos o nauseas
  • Cuando detectamos una reducción del volumen de orina
  • Si el paciente tiene confusión-somnolencia o pérdida de conciencia

Estos son motivos de CONSULTA MÉDICA URGENTE y requieren atención inmediata.

La SEPSIS puede evolucionar muy rápidamente y cada hora perdida aumenta el riesgo para la vida del paciente que requiere ATENCIÓN HOSPITALARIA URGENTE.
Es mejor equivocarse en una solicitud de atención sanitaria que actuar con retraso y poner en riesgo una vida.

El médico siempre le indicará lo mejor, esté pendiente de sus recomendaciones.

PRONÓSTICO

La sepsis es un proceso dinámico que puede evolucionar hasta hacer fracasar totalmente varios órganos vitales y por tanto, es difícil predecir su desenlace clínico.

En general, un diagnóstico y tratamiento precoz mejoran el pronóstico y la probabilidad de recuperación del paciente.

Esta información tiene un carácter divulgativo y por lo tanto no sustituye la que pueda recibir por parte de los profesionales de la salud.